La mayoría de los jóvenes parecen estar interesados en las aplicaciones, en emprender negocios sofisticados o en preparar una oposición. Aunque la profesión de pastor, es algo que forma parte del pasado para algunos. O que asociamos a personas de una cierta edad, lo cierto es que cada vez son más los chicos y las chicas que apuestan por esta salida laboral.
En 2016, Italia era noticia por la cantidad de jóvenes que se dedicaban a esta labor, o bien por herencia de sus padres, o bien por trabajar en algo que les invitaba a estar en contacto con la naturaleza, es decir un oficio como otro cualquiera pero con la ventaja de estar en un ambiente sano y donde gracias al aumento de la demanda de quesos, había trabajo seguro.
En España hacen falta más pastores y cursos que preparen para serlo
En España, existe una carencia de pastores, por eso en la Comunidad Valenciana, el año pasado se organizó un curso por parte de la Consejería de Agricultura con prácticas en “manejos y granjas”.
Formar a nuevos pastores para que el futuro de la ganadería extensiva no desaparezca y a la vez, actualizar los conocimientos de los más veteranos era el objetivo.
El pastoreo sigue siendo una profesión con cierta actividad gracias a su vinculación con otros sectores como el de la elaboración de quesos, una especie de “tabla de salvación” para estos profesionales en vías de extinción. Un ejemplo son los pueblos pequeños que cuentan con un quesero que se coordina con varios pastores de la zona para obtener la materia prima.
¿Una profesión destinada a desaparecer o una buena salida profesional?
Desde luego, no será por el empeño que han puesto desde organizaciones como las de Agricultores y Ganaderos al pedir desde hace años que se oferten cursos para formar a nuevos pastores con la intención de que ni el oficio desaparezca y, a la vez, se cubra la demanda porque trabajo hay.
Me resulta llamativo y, a la vez, muy positivo que existan cursos especializados en formar a pastores porque no sólo se trata de organizar un rebaño, detrás está el cuidado de los animales y saber su manejo, la gestión y cómo alimentarlos adecuadamente, conocer el ordeño de calidad y la producción de quesos y otros lácteos; una parte importante de la formación de estos nuevos pastores.
En la parte práctica, se visitan diferentes granjas y queserías para terminar con una experiencia que parecía destinada al olvido: la trashumancia, oficio ancestral donde los haya. De hecho, antes de la aparición de estos cursos, algunos jóvenes acompañaban a pastores veteranos sólo por el hecho de vivir la experiencia.
Las escuelas de pastores llegaron para impulsar un oficio con solera
Aunque la noticia parece nueva, desde 2013 estábamos en crisis en el medio rural porque trabajar en cualquier cosa que no fuera ser pastor parecía más atractivo. Y cómo es posible sacar adelante un ganado sin un pastor experto. Afortunadamente, ya en 2018 esto ha cambiado y esperemos que siga así.
Ahora ya no hay excusa para decir que nadie sabe hacerlo, de hecho, estos jóvenes pastores pueden enseñar también a los veteranos y así compartir talento que siempre, en cualquier ámbito laboral es de lo más productivo para ambos.
¿Sabías que existían cursos para ser pastor?