SEPE, ¿útil o innecesario?

¿SEPE cómo herramienta para buscar empleo, o la forma de desesperar a un desempleado?

Antonio se levanta cada mañana temprano. Desde que perdió su trabajo se ha impuesto una disciplina como si estuviera en activo, porque de hecho, estar en paro no es sinónimo de no hacer nada. Al menos para él.

Después de desayunar, se conecta a Internet para acceder a la página de empleo SEPE, aunque todos los días ve las mismas ofertas de trabajo inalcanzables para él. Realizada esta tarea rutinaria e improductiva, dirige sus esfuerzos en revisar el correo para comprobar si le han escrito desde alguna de las tantas empresas a las que ha enviado su currículum. El segundo paso es el de repasar las ofertas que aparecen en las bolsas de empleo que está apuntado. Negativo. Toma aire y decide que se pasará por su Oficina de Empleo.

Hace tiempo que del SEPE no le llaman para realizar algún curso, la cuestión es mantenerse ocupado y aprender. Eso sí, de dinero va justo y teme que le avisen de algún curso que dure seis meses y no poder cubrir los gastos de transporte, pero sería una suerte reinventarse con formación y poder acceder a un trabajo que le permita vivir dignamente, algo que supuestamente nos asegura nuestra Constitución. Pero del dicho al hecho…

¿SEPE cómo herramienta para buscar empleo, o la forma de desesperar a un desempleado?

¿SEPE cómo herramienta para buscar empleo, o la forma de desesperar a un desempleado?

En las oficinas del SEPE la misión es, en principio, ayudar en la búsqueda de empleo, para ello existen unos programas para parados de larga duración. No importa en qué punto del país vivas, al final se trata de lo mismo. De firmar cada quince días o una vez al mes. Y llevar justificante que demuestre que has ido a una empresa a pedir trabajo.
Lo cual resulta paradójico puesto que es lo que Antonio hace cada día.

En el SEPE siente que le culpabilizan por no trabajar. La señorita de turno que le atiende no tiene ni idea de que hoy, una vez más, ha ido andando hasta la oficina porque pagar el transporte público ya supone un gasto.

Ha tenido que escuchar que su currículum es demasiado bueno o lo contrario. Incluso le han planteado que trabaje en el extranjero. Como si esa decisión fuera fácil de tomar para todo el mundo.

Sólo quiero trabajar, SEPE no me des sermones

Desafortunadamente, el caso de Antonio no es único. Muchos desempleados tienen una mala imagen del SEPE porque su finalidad no es la de ayudar a encontrar un empleo. Tampoco la de ofrecer buenos cursos de formación. Y si uno decide que va a coger el toro por los cuernos, se patea la ciudad y se apunta a todos los cursos gratuitos que impartan en otras instituciones que parecen vivir más cerca de la realidad.

Porque no es de recibo sentir que te acusan de no moverte lo suficiente o sencillamente que te inviten a dejar tu país. Al final, creo que el talento, la fuerza de voluntad y el esfuerzo (gran esfuerzo) de muchos desempleados se traduce en buscar formación por su cuenta y dejar el SEPE como ese lugar donde renovar tu tarjeta que demuestra que no tienes un empleo y poco más. De hecho, hasta lo puedes hacer por Internet en un locutorio si no te puedes permitir tener Internet en casa.

Lo más bonito de mi trabajo es sentir que sirvo para ayudar a que hombres y mujeres encuentren un empleo digno.

Lo más bonito de mi trabajo es sentir que sirvo para ayudar a que hombres y mujeres encuentren un empleo digno y se sientan realizados personal y profesionalmente.  Cuando lees historias como la de este Antonio ficticio, pero que representa a muchos españoles, siento que algo falla y que personas válidas pueden entrar en un círculo de apatía laboral si no dan con alguien que apueste por ellos.

¿Conoces algún caso como el de nuestr@ Antoni@ en el que el SEPE haya conseguido un empleo pàra él/ella?

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¿Quién soy?

ALQUIEN QUE APUESTA POR LA ÉTICA SOCIAL Y LA IGUALDAD

En el ámbito profesional llevo más de trece años trabajando en diferentes empresas y en distintos puestos. Este bagaje me ha ayudado a aprender y a conocer de primera mano muchas historias en primera persona, quizás alguna similar a la tuya.