8 de marzo, un día para recordar a las mujeres que lucharon por nuestros derechos
Este año hay convocada una huelga feminista por la Comisión 8 de marzo. Esta Comisión está formada por diversas organizaciones del movimiento feminista. Se pide, entre otras cosas, que ese día la mujer pare, sea cual sea su trabajo.
Aunque se ha avanzado mucho en lo que tiene que ver con tareas del hogar, cuidado de los hijos…, sería curioso poder observar dentro de cada casa qué sucedería si de verdad todas las mujeres dejaran de trabajar dentro de su casa cuando llegan tras cumplir con su jornada laboral.
Según Mary Wollstonecraft, escritora y filósofa británica que redactó ‘Vindicación de los derechos de la mujer’ en 1792, “hombres y mujeres somos iguales por naturaleza y sólo son tratados de manera distinta por su educación en la vida”
‘Si nosotras paramos, se para el mundo’, proclaman desde la Comisión 8 de marzo, nada nuevo bajo el sol. El feminismo persigue que el trabajo y la posición de la mujer se base en unos derechos y obligaciones iguales a los hombres, donde éstos no son vistos como el enemigo, sino como un igual que tendría que ir de la mano de la mujer en este día.
Un buen momento para demostrar que existe unión entre las mujeres
Se suele hablar de la competitividad entre las mujeres, de celos, de envidias, pues precisamente en este día (y durante todo el año) sería un buen momento para mostrar que las mujeres tenemos más motivos para luchar juntas, en vez de ponernos piedras en el camino.
A lo largo de este año, en el blog he mencionado a mujeres a las que admiro y respeto por muchas razones. Además de las obvias, las mujeres que forman parte de mi entorno familiar, hemos hablado de Verónica Casado, elegida la Mejor Médica del Mundo, o de Esperanza Pérez Crespo, la primera española en atravesar el Atlántico en solitario.
Al igual que los hombres, las mujeres han atravesado momentos a lo largo de la historia donde en el trabajo no existían derechos y sí muchas penurias, pero dieron un paso al frente cuando fueron conscientes de que había demasiadas cargas a sus espaldas y menos acceso a la educación que los hombres, sobre todo si pensamos en el movimiento obrero del siglo XIX durante la Revolución Industrial.
El origen del feminismo del siglo XIX
Con la irrupción del nuevo sistema laboral, se separó el trabajo doméstico del dependiente del mercado laboral, incrementando la separación de la actividad del hombre y de la mujer. Con la pérdida de su espacio de producción, las mujeres se hicieron más dependientes de los hombres de lo que habían sido antes.
Pero como hemos comentado, a nivel educativo, la situación de las niñas era peor que la de los varones, por lo que el analfabetismo femenino era mayor que el masculino. En el matrimonio, las mujeres casadas no podían poseer por ley propiedades y estaban legalmente sometidas a sus maridos y dependientes de ellos. También era difícil alterar su situación legalmente, ya que no poseían derecho al voto.
Antes del inicio de los movimientos feministas, existieron diversos pensadores que comentaron la situación de la mujer en la sociedad incluso antes de producirse la revolución industrial.
William Petty, en el siglo XVII, había dicho: ”Algún día la aritmética y conocimiento de contabilidad adornarán a las muchachas mejor que un vestido de encaje y las protegerán del frío mejor que los abrigos de pieles”. William Petty comentaba de este modo la situación educativa de la mujer en su época y como sería el futuro si se accediera a una mayor educación por parte de la mujer.
En 1848 se produjo en EEUU el primer documento colectivo en defensa de los derechos de la mujer: la Declaración de Seneca Falls. En este documento se habla de la situación de sometimiento legal de la mujer respecto del hombre, de las limitaciones de los derechos legales de las mujeres en EEUU, sin capacidad de voto, sin capacidad para crear leyes, sin derecho a la propiedad y bienes de la mujer casada.
En definitiva, reclamaban una mejora de la situación legal de las mujeres en base a los derechos que se presuponen que tenían desde la Declaración de Independencia.
Es apasionante echar la vista atrás para comprobar que el feminismo es un movimiento que tiene un nexo común: igualdad. Y resulta triste comprobar cómo dentro de la política, se utiliza algo tan sagrado como esta lucha como una manera de ganar votos.
En todo caso, el 8 de marzo de este 2019 va a ser un día para demostrar y mostrar que las mujeres seguimos unidas y defendemos nuestros derechos junto a todos los hombres que quieran unirse porque nos necesitamos.