Es común encontrarme con personas con muy buena experiencia (ya sea de muchos años o no) y formación que al momento de preguntarles ciertos puntos claves en una entrevista o proceso de búsqueda de nuevos proyectos profesionales no sepan abordarlos, desarrollarlos o comunicarlos. ¡¡Y quizás esto te esté pasando a ti!!
Vayamos al grano. Para poder exponer o “vender” muy bien tu candidatura se requiere trabajo previo. Trabajo que implica tomarte un tiempo para entender qué hiciste hasta ahora, saber en qué eres competente (autoconocimiento), tener claro hacia dónde te quieres dirigir (objetivo profesional) y cómo lo quieres hacer (estrategia). Todo esto te ayudará a tener un compendio de ti y de tu perfil, siendo mucho más fácil desarrollarlo y argumentarlo en un proceso de selección.
Además, considero que esto no está relacionado a un tema de edad o experiencia. Está relacionado con el trabajo que hayas hecho contigo mismo, del conocer la oferta de empleo o posible promoción interna (si quieres desarrollarte dentro de la empresa), de entender cómo y en qué conoces a la organización para la que trabajas y de cuánto hayas analizado lo que solicita el actual mercado del trabajo. Y digo esto porque me encuentro con muchos profesionales que consideran que por tener un “título” es suficiente para ser contratados, cuando la realidad es otra o les da pereza desarrollar los temas anteriores.
Para destacar tu perfil profesional o candidatura en un proceso de selección de desarrollo interno o externo es necesario que tomes en cuenta lo siguiente:
1.- Entender lo que sabes hacer y cómo lo aplicas a tu entorno de trabajo
Es sumamente importante que en un proceso de desarrollo profesional seas consciente de aquellas cualidades que te permiten destacar por encima del resto de tus compañeros o candidatos.
Si aún no lo sabes, piensa en aquellas actividades profesionales que las realizas sin dificultad, que aportan crecimiento y mejora a tu entorno de trabajo, que las haces bien, que recibes reconocimiento por las mismas y que te diferencian del resto de personas porque las ejecutas con un procedimiento diferente o porque están envueltas de habilidades propias y diferenciales. Si no has llegado a este punto, pregunta a tu entorno inmediato el talento que ven en tu persona.
Cuando sabes en qué eres bueno o destacas del resto es necesario dilucidar si esto realmente está siendo aplicado a tu entorno profesional inmediato o lo ha sido en algún momento. Es importante que determines cómo tu talento va en beneficio de un proyecto de trabajo, desarrollando sus ventajas y beneficio.
El dejar claro en una entrevista los beneficios de tu talento o contratación es importante, ya que es tu punto de relevancia y conexión con las necesidades u objetivos de la empresa.
2.- Éxitos
Cuando hayas realizado el ejercicio de saber en qué destacas (talento) y cómo este se ha aplicado o se puede aplicar a un puesto de trabajo, ahonda en ello. Y esto consiste en hacer el ejercicio de reconocer cómo este talento ha estado implicado en tus éxitos o logros.
Muchas veces nos da vergüenza dar a conocer en lo que somos buenos o manifestar aquellos éxitos personales o profesionales que nos acompañan. Sin embargo, en una entrevista de trabajo es fundamental que te centres en este punto porque así darás a conocer de una manera tácita y con argumentos lo que has podido hacer en un equipo de trabajo y organización.
Siempre lo diré. Si somos capaces de comunicar nuestro talento y logros desde nuestra propia esencia, valores y sinceridad; no tiene que sonar malsonante nuestro discurso profesional. Olvídate de posturas y se honesto contigo, pero desde la humildad.
3.- Confía en ti
Llegados a este punto te comento lo siguiente. Si realmente eres una persona que sabe qué puede aportar, cuáles son su puntos fuertes y aquellos a desarrollar, entiendes la empresa sabiendo en qué momento está y lo que necesita; es muy probable que tu discurso lo sepas transmitir correctamente.
Confía que lo que sabes hacer puede ser de interés para la empresa que tienes en frente, pero para esto tienes que comunicar con confianza lo que realmente quieres. Me encuentro con personas altamente competentes, pero su discurso no es concreto, se dispersan, no van al grano y están más centrados en caer bien que dar conocer su valor.
O si de entrada piensas que no eres competente, que hay mejores que tú, que no te llamarán porque llevas algún tiempo fuera del mercado de trabajo o porque eres madre o tienes más de 40, vamos mal. Sí, la realidad nos está hablando de un acceso al empleo cada vez más complejo, pero no te centres en la carencia del mismo, centra tus energías en lo que tienes y lo que puedes aportar al entorno de trabajo.
Reforzar tu confianza y candidatura conlleva también a que conozcas el mercado actual de trabajo. Esto implica hacer un análisis de qué es lo que solicitan las empresas que realmente te interesan y, con ello, hacer un “match” entre lo que posees en la actualidad y la demanda del mercado. Si hay varios puntos donde no encajas establece un plan de acción realista y comienza a fortalecer estos puntos que te favorecen en tus candidaturas.
4.- Herramientas de empleabilidad
Ahora, la manera más eficaz para dar a conocer tu mensaje profesional y para responder a ¿por qué deberías ser contratado? depende, para mi, de dos herramientas de empleabilidad muy importantes:
- Propuesta de valor. La PV es tener respuesta a qué beneficios tiene tu contratación a una empresa. Es decir, cómo a través de tu talento (saber hacer) empañado de tus mejores competencias, habilidades blandas y características de personalidad; puedes participar, mejorar o hacer de una manera diferente aquel puesto de trabajo, funciones o responsabilidades y así contribuir al desarrollo de la empresa o proyecto.
Recuerda, tu propuesta de mejora profesional no solo debe estar canalizada en ti, sino también debes poner foco en las necesidades y el motivo por el cual una empresa necesita un perfil profesional como el tuyo. Ir a una entrevista diciendo: quiero desarrollarme, quiero trabajar en una empresa como esta, quiero tener una estabilidad, quiero, quiero y quiero… Es como ir a una cita solo pensando en ti y no en lo que también quiere y busca la otra persona. Sin empatía y conocimiento del otro, es complicado llegar a algún lado.
Para Txell Costa la propuesta de valor “es entender y ponernos en la piel de los clientes o empresas para dar respuesta a sus demandas”.
Andrés Pérez Ortega nos dice que la propuesta de valor “es meterse en la cabeza de los clientes y pensar del mismo modo que ellos”. Además, “es transmitir los beneficios que van a recibir en cuanto a dinero, tiempo y bienestar”. Por último, indica que “cuanto más enfoques tus proyectos (diría yo, talento) hacia los principales beneficios en lugar de hacia tus cualidades personales o hacia otro tipo de características que les importen bastante menos, más atraerás a clientes (empleadores)”.
Pensaste en algún momento, ¿cómo puedes aportar valor a una empresa o cliente particular?.
- Elevator Pitch. Llamado también discurso del ascensor, el cual resume en muy pocos minutos o segundos tu propuesta de valor y perfil profesional.
Esta herramienta la puedes dar a conocer a través de un medio escrito (extracto de IN, preguntas de formularios de empleo, carta de presentación, etc) o verbal (respondiendo a una presentación en un evento de networking, formación, entrevista de trabajo bajo las preguntas: ¿por qué deberías ser contratado? o al famoso “cuéntame de ti”).
Según África Lucena, el elevator pitch debe responder a tres preguntas: ¿quién eres? ¿a qué te dedicas? ¿qué aportas de valor?. Además, comparte esta plantilla, la cual te recomiendo que desarrolles.
Hola, mi nombre es _____________ (cargo)
Ayudo a ______________________ (público – empresa objetivo)
Para ello _____________________ (experiencia y formación)
Realizo ______________________ (herramientas, soluciones)
A través de ___________________ (producto, servicios)
África Lucena
Emprendimiento y Marca Personal
5.- ¡¡No te olvides de esto!!
- Trabaja en tu propio autoconocimiento para que tengas claro tus principales valores profesionales.
- Céntrate en lo que puedes ofrecer a través de tu talento antes de focalizarte en tu edad, años de experiencia, género o algún otro pensamiento que realmente no te ayuda a tomar a acción y tener más confianza en este momento.
- Desarrolla un objetivo profesional que sea medible, realista, alcanzable, con fecha de ejecución, que conjugue con tus valores y que sea retador.
- Realiza una investigación de las empresas que te interesan (mapa de empleabilidad) para que obtengas la foto de tu target empleador. Conoce cómo es la empresa, en qué momentos está y qué necesita profesionalmente, entre otros temas más.
- Centra tu candidatura en las necesidades y expectativas de las empresas target que te interesan. ¡Olvídate del quiero, quiero y quiero! Interésate en lo que quieren/necesitan estas organizaciones.
- Prepárate y mucho las entrevistas de trabajo. Hoy en día cada vez son más usuales la entrevistas por competencias o incidentes críticos y las entrevistas emocionales.
- Desarrolla a consciencia tu propuesta de valor. Esto es lo que realmente te dará un toque diferente con el resto de candidatos.
- Tu comunicación debe generar interés y seguridad. Comunicamos verbalmente y con nuestro cuerpo. ¡No te olvides de esto! Céntrate en desarrollar un discurso interesante y conciso. ¡No te vayas por los cerros de Úbeda! Capta la atención de la persona que te está atendiendo.
Muchas gracias Ana por invitarme y permitirme ser parte de tus aportaciones a través de tu comunidad y web.
Grace Salazar
Recruiter – Desarrollo y Orientación Profesional
www.gracesalazarleon.com