Dicen que el ser humano comprende las dificultades y la valía de las pequeñas cosas cuando se enfrenta a retos. Retos como el que vivió Esperanza Pérez Pérez-Crespo. En su caso, atravesó el océano Atlántico en solitario y sin escalas, en su velero Archibald.
Una experiencia de este calibre, sólo puede traer consecuencias positivas. Desde luego, así lo fue para Esperanza Pérez, cuya experiencia en el mar se remonta al año 2000 cuando embarca a bordo del Archibald en Ecuador para acompañar a Cocúa Ripoll durante más de un año en su travesía transpacífica, acabando el viaje en el puerto de Auckland, Nueva Zelanda y navegando 7000 millas náuticas siendo dos personas a bordo.
“El caso de Esperanza es el de una mujer que cree en la superación personal como forma de vida. Ahora es profesora de matemáticas y también un ejemplo de lo que significa ser una líder.”
2006, Esperanza Pérez Crespo cruza el Atlántico
En el año 2002 volvió a formar parte del Archibald en las mismas condiciones, realizando una navegación de 1400 millas por el mar de China, desde la isla de Bali (Indonesia) hasta Singapur.
Y fue en 2006 cuando cruza el Atlántico en solitario a bordo del Archibald, en travesía desde Canarias hasta la isla caribeña de Santa Lucía, siendo la primera española en lograrlo.
Sola en el mar, por un sueño y por afán de superación.
Tras lograr su gesta, como buena amante de la mar, decidió contar su aventura, sobre todo para que otros entendieran que si nos lo proponemos, somos capaces de surcar obstáculos internos y externos hasta alcanzar el objetivo que nos hayamos marcado.
Esperanza Pérez Crespo, a solas en el Atlántico
En su caso, escribió un libro que os recomiendo: “A solas en el Atlántico” donde recoge todas y cada una de las emociones que vivió y sintió mientras preparaba el proyecto.
La financiación, cómo creía en su mente que iría aquella aventura y cómo fue realmente.
“23 días llenos de pruebas diarias donde ella sola debía solucionar cada problema. La preparación física y mental ayudaron para que pudiera alcanzar su propósito y convertirse en la primera mujer española en cruzar el Atlántico sola.”
Valentía, sacrificio, fortaleza, optimismo, las palabras se agotan para describir lo que Esperanza logró. Durante esos días, en contacto pleno con la naturaleza se muestra a una mujer que por amor al mar, por su conocimiento y respeto fue capaz de embarcarse en un proyecto del que disfrutó, sufrió y aprendió. Todo un ejemplo de liderazgo.
Estoy convencida de que sus alumnos además de matemáticas, aprenden con ella otras muchas cosas igual de importantes. Porque el mar no es una afición para Esperanza, es un modo de vivir, un MBA por la Universidad de Houston capitana de yate, y una licenciatura en Física por la Universidad Complutense, son la prueba de que ella es una experta en lo que imparte y además, ha dado un paso al frente al vivir todas esas experiencias. Al fin y al cabo, la vida es eso que ocurre más allá de las paredes de clase.
¿Conoces a alguien que haya hecho cosas tan motivadoras como Esperanza Pérez Crespo? ¡Inspíranos con tu comentario!