Siempre que leemos la palabra ‘líder’ nos vienen a la mente una serie de nombres que son conocidos a nivel mundial. Por ejemplo, Steve Jobs, uno de los más mencionados y con méritos propios, pero para mí, existen muchos líderes a mi alrededor de los que aprendo y a los que admiro.
Líderes que están a la vuelta de la esquina: en tu trabajo, entre tu grupo de conocidos, personas que tienen algo más que carisma; talento para dirigir un grupo en la empresa con sabiduría. ¿Te viene a la mente algún nombre? A mí, varios, por ejemplo: Francisco Alcaide, formador y escritor en liderazgo y motivación.
Sigo su trabajo porque lleva casi 20 años estudiando el mundo del éxito y el desarrollo personal. Y estoy de acuerdo con una de sus frases, casi todos los problemas del ser humano se reducen a una causa: Falta de confianza en uno mismo. Te invito a seguir su trayectoria, su libro “Aprendiendo de los mejores” es el más vendido de management de un autor español en los últimos años.
Para ser un buen líder, la humildad es la mejor cualidad
Ya lo he mencionado en alguna ocasión, la humildad es uno de los rasgos que más valoro en una persona. En mi opinión para liderar un proyecto, sin humildad y sin saber escuchar a tu equipo, no llegarás lejos. El ego, el afán de protagonismo, la falta de empatía no son cualidades que acompañen a quien lleva el timón de la empresa.
Un buen líder hace que te sientas parte de un proyecto porque eso va de la mano del grado de compromiso que adquieren tus trabajadores. Si te sientes parte de un proyecto será más fácil desarrollar tus propias ideas, no temer compartirlas y todo eso vendrá de la mano de crecer junto a tus compañeros.
Pero para conseguirlo, sin ese pilar que se puede llamar jefe o líder sería imposible, porque sólo si se es uno de los mejores, logrará que todos rememos en la misma dirección y con la mayor de las ilusiones todos los días.
Creo que un líder es el que consigue que te guste tu trabajo, que despierte en ti la pasión por lo que haces a diario, que fomente el trabajo en equipo, en definitiva, una persona generosa que sabe apreciar el talento dentro de una organización.
Sin un guía, el trabajo puede brillar, pero con un guía será un éxito
En una empresa, en la vida, todos necesitamos el apoyo y la orientación del otro. Por esta razón, apuesto por un tipo de educación que en general no se imparte en la enseñanza reglada, no por falta de ganas sino por falta de tiempo y de recursos.
Cuando nuestra preparación en la universidad o en formación profesional llega a su fin, es cuando comprobamos que no sabemos nada. Sí, quizás teoría y en algunas carreras y, sobre todo, en formación profesional, la práctica pesa más que la teoría.
¿Pero qué sabemos de los problemas reales? ¿Cómo afrontamos un mercado saturado? A mi juicio, leer, conocer a personas como las que he mencionado es el mejor Doctorado.
Con un buen guía, será más fácil esa transición de lo académico a lo laboral. No hay nada como tropezar por la calle con uno de estos líderes anónimos que te saludan, se interesan por tu carrera profesional y personal. Sin importar el contexto son igual de naturales que en el ámbito de la empresa.
A mí me emociona y me gusta que una persona con tanta responsabilidad, que trata cada día con cientos de personas, tenga ese gesto. Lo que os comentaba, un buen líder es el que practica la humildad. ¿Y a vosotros quién os inspira?