El trabajo virtual es una de esas batallas aún no ganadas en nuestro país. La cultura del presentismo impide que mucho trabajo que se podría realizar desde casa, abaratando costes para la empresa no se lleve a cabo. El también llamado teletrabajo es como ese invitado al que nadie conoce en una fiesta, y no se sabe muy bien cómo tratar.
Obviamente, en todas las empresas no es posible adaptar este nuevo perfil de trabajador, pero en muchas otras sí. En España, algunos empresarios que apuestan por esta modalidad han tenido problemas con la ley. Un ejemplo es Andalucía, donde el Tribunal Constitucional (TC) invalidó el decreto ley que reducía el tiempo de trabajo semanal de 37,5 a 35 horas por vulneración de la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
El teletrabajador es una rara avis en España
El trabajo virtual para alguna parte de la sociedad parece que es menos trabajo que el presencial, ese en el que has de desplazarte hasta un punto, que tu jefe te vea físicamente aunque llegada una hora no tengas más que aportar en tu jornada. Una actitud tan incoherente como arraigada en España.
El mayor obstáculo con el que tropieza el trabajo virtual es la ley. Que no permite que se desarrolle con normalidad e implante, el trabajo desde casa. Creo que aún hace falta más confianza en el trabajador y normalización por parte del empresario. ¿El mayor temor es cómo va a controlar su productividad?
Cuando regular la ley sería el primer y único paso para normalizar el teletrabajo
Nuestra legislación no regula el teletrabajo como tal, sino que enmarca bajo la modalidad de trabajo a domicilio y en la actualidad cuenta con muchas lagunas en materia de prevención de riesgos, control de la actividad y consideración como centro de trabajo, sin embargo, estos obstáculos podrían regularse sin demasiada dificultad según los expertos en Derecho Laboral.
El trabajo virtual va de la mano de unos cambios que no podemos parar
Trabajar desde nuestro domicilio está comprobado que:
- Ayuda a la conciliación laboral
- Reduce el absentismo
- Aumenta la productividad.
Además, es una oportunidad laboral para quienes por razones diversas no pueden desplazarse hasta el lugar de trabajo.
Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y contar con una conexión a Internet y un ordenador es suficiente para desempeñar un trabajo de manera tan eficaz que estando presente en la oficina. El gerente debería tener en cuenta, si las leyes lo permiten, que al igual que el salario emocional es fundamental para que un trabajador se sienta valorado, permitir que desarrolle parte de sus responsabilidades en casa denota confianza por su parte.
Si desde 2002 en Europa se lleva peleando para que el teletrabajo sea reconocido y en el programa nacional de reformas para España se incluían medidas adicionales contra la discriminación de la mujer en el empleo y la necesidad de abordar el absentismo laboral…
¿Por qué siguen existiendo tantas trabas para una profesión que beneficiaría a la mujer, al hombre, evitaría el absentismo laboral y mejoraría la conciliación?