No, no tengo una pócima mágica para recibir una educación para triunfar en el mundo empresarial. Pero es un tema que me hace reflexionar sobre la educación actual y la reciente. ¿Nos forman y nos preparan para la vida real? A veces, en la época estudiantil se peca de vivir en una burbuja donde nada se asemeja al día a día en una empresa.
Siempre he apostado por la formación profesional porque considero que la parte práctica está más enfocada a lo que se va a encontrar el alumno cuando concluya sus estudios. La universidad apuesta más por la teoría y a la hora de la verdad si echamos mano de los apuntes, poco nos pueden aportar.
El mejor ejemplo es hablar de mi caso. Lo que he vivido en mi piel. Tras concluir la carrera comprobé que apenas habíamos trabajado con programas para dar altas, bajas en el Sistema RED que es lo más habitual. Tampoco ningún programa de nóminas.
El entusiasmo, las buenas notas, y las ganas de trabajar se dan de bruces con un sistema que no se considera educación para triunfar
Y si hablamos de gestión de conflictos, liderazgo, motivación, trabajo en equipo, es decir el foco real de una empresa, mejor no hablar. Afortunadamente existen cursos, formación para suplir todas estas carencias en nuestra preparación. Pero hay que investigar por nuestra cuenta ya que este tipo de materias, no son consideradas relevantes en ninguna carrera.
Contenidos educativos VS realidad demandada por la empresa
Construiríamos un lugar ideal para todos: trabajadores y empresarios si lográramos ligar los contenidos educativos/docentes a la realidad demandada por la empresa.
No sabemos, por ejemplo, en qué trabajará mi hijo que tiene un año y medio dentro de veinte años, no sabemos lo que demandarán las empresas ni que trabajos habrá.
Como suelo escuchar en todas las conferencias que voy: aún no se ha inventado el trabajo más demandado del futuro, ni sabemos qué trabajos se seguirán destruyendo por cambio de necesidades o desarrollo de nuevas tecnologías.
Los chicos de bachillerato con 16 – 18 años o universitarios con 18 – 25 años para los que es inminente su ingreso en el mercado laboral, un contexto que exige competencias como: empatía, compresión, capacidad de adaptación, flexibilidad, creatividad, sociabilidad, etcétera será complicado porque muchos de ellos no tienen el autoconcepto desarrollado, así que cómo van a saber desarrollar sus ventajas diferenciales.
Por un lado, las habilidades sociales, y las habilidades prácticas para poder desempeñar su trabajo serán fundamentales para poder destacar en un mercado laboral cada vez más saturado, con menos puestos de trabajo y hombres y mujeres válidos.
Apuesto por una educación donde la realidad entre en las aulas y sea más sencillo dar el paso a la vida laboral, al menos con una preparación que vaya más allá de la teoría y que apueste por resolver conflictos con los que nos tropezamos cuando comenzamos en nuestro primer trabajo.
¿Cómo fue tu primera experiencia laboral?
